Desde el área de fisioterapia del Centro Lescer queremos compartir nuestras experiencias con la incorporación del ecógrafo como una herramienta terapéutica. Si bien no es una herramienta exclusiva de este área y se emplea transdisciplinarmente con el resto de áreas, nuestros profesionales nos cuentan cómo son los primeros pasos con esta herramienta.
En la continua tarea de formación y desarrollo de nuevas vías para la mejora de nuestra calidad asistencial dentro de la rehabilitación neurológica, en Centro Lescer nos embarcamos en un proyecto en torno a la ecografía musculo-esquelética y cómo esta nos ayuda en el abordaje de pacientes neurológicos.
Nos encontramos en una fase de aprendizaje o implementación de la herramienta en nuestro abordaje terapéutico, combinada con acciones prácticas, que nos sirven para ser más precisos a la hora de usar distintas técnicas invasivas o acercarnos a entender la complejidad del movimiento y de las estructuras en el paciente neurológico.
Desde hace un año estamos familiarizándonos con el ecógrafo y su uso. Llevamos a cabo un aprendizaje continuo en el empleo de la herramienta y la interpretación de las imágenes que nos proporciona. Esto nos va dotando de fluidez para la identificación de distintas estructuras como pueden ser tejido muscular, corticales óseas, paquetes vasculonerviosos, etc.
Así pues, hemos comenzado a utilizar esta herramienta con pacientes neurológicos fijándonos dos objetivos principales.
En un primer lugar se busca que sirva como apoyo a técnicas invasivas como puede ser la punción seca, si bien se trata de una técnica que llevamos empleando en el Centro desde hace 5 años, recientemente hemos empezado a reforzarla con el ecógrafo. La ecografía asume un rol importante en este punto ya que nos permite conocer con exactitud dónde estamos y nos proporciona la certeza de no generar daños colaterales durante nuestra intervención, convirtiéndose así en un sistema de seguridad.
El aprendizaje continuo y constante que llevamos a cabo con esta herramienta nos permite evolucionar para conseguir el siguiente objetivo, que es llegar a realizar mediciones objetivas en el paciente. Esta es la otra finalidad que buscamos mediante el empleo del ecógrafo con pacientes, poder medir y valorar de una forma más objetiva estructuras como pueden ser el músculo, un edema, una inflamación o incluso llegar a obtener feedback de una activación muscular. Esto nos permite valorar la evolución de los pacientes de una forma más objetiva. Este ejercicio de medición se verá reforzado con la elaboración de un protocolo, actualmente en proceso, que nos permitirá valorar y hacer mediciones de un paciente cuando entra en el centro y compararlo con mediciones que se realizan cuando termina la terapia.
