La parálisis facial consiste en la pérdida total o parcial del movimiento voluntario de los músculos de un lado de la cara. Esto ocurre cuando el nervio facial, que controla los músculos faciales, se inflama, se comprime o se daña de alguna manera, impidiendo la transmisión de señales y órdenes. Esto provoca que la persona no pueda levantar la ceja o fruncir el ceño, cerrar el ojo, sonreír e incluso que tenga dificultades para hablar o comer, y muestre una apariencia facial asimétrica.
Las causas de la parálisis facial son diversas; desde infecciones virales, traumatismos y tumores, hasta trastornos autoinmunes, accidentes cerebrovasculares o problemas congénitos. Dependiendo del problema subyacente, encontramos diversos tratamientos que consiguen que muchas personas con parálisis facial experimenten una mejora significativa o incluso se recuperen totalmente.
¿Cuáles son los síntomas de la parálisis facial?
Los síntomas de la parálisis facial pueden variar dependiendo de la causa y de la gravedad de la condición. Entre los más comunes encontramos:
-Debilidad muscular
La debilidad o pérdida de movimiento en un lado de la cara es el síntoma más característico de la parálisis facial. Esto puede hacer que sea difícil o imposible mover los músculos faciales en la mitad de la cara afectada.
-Asimetría facial
La parálisis facial puede causar una apariencia facial asimétrica debido a la incapacidad para mover los músculos en un lado de la cara. Esto puede hacer que uno de los lados de la boca se caiga, que uno de los ojos no se cierre completamente, que la mitad del labio no sonría o que la frente no pueda fruncirse del mismo modo que el lado no afectado.
-Dificultad para cerrar el ojo
La parálisis facial puede dificultar o impedir completamente el cierre del ojo en el lado afectado. Esto puede provocar sequedad ocular, irritación e incomodidad, así como un mayor riesgo de lesiones en la córnea.
-Lagrimeo excesivo o reducido
La parálisis facial puede afectar el drenaje normal de las lágrimas, lo que puede resultar en lagrimeo excesivo en un ojo y sequedad en el otro.
-Dificultad para comer y hablar
La debilidad en los músculos faciales puede dificultar la masticación y la deglución, así como la articulación de ciertos sonidos al hablar. Es por eso frecuente que aparezcan mordidas en la mucosa bucal, se acumulen los alimentos en la parte posterior de la boca y se caiga la saliva.
-Sensibilidad alterada
Algunas personas con parálisis facial pueden experimentar cambios en la sensibilidad de la piel en el lado afectado de la cara, como hormigueo o entumecimiento, así como alteración del sentido del gusto.
¿Cuáles son las causas de la parálisis facial?
Existen múltiples causas que pueden provocar una parálisis facial:
- Lesión del nervio facial debido a un traumatismo, como una fractura de cráneo, o durante un procedimiento quirúrgico en la zona.
- Infecciones virales como el virus del herpes simple, el virus de Epstein-Barr o la enfermedad de Lyme.
- Enfermedades autoinmunes, como la parálisis de Bell, pueden causar inflamación del nervio facial, lo que lleva a la parálisis.
- Tumores que afectan al nervio facial o al área circundante.
- Accidente cerebrovascular que afecta al área del cerebro que controla los movimientos faciales.
- Trastornos congénitos.
- Trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Guillain-Barré pueden dañar los nervios, incluido el nervio facial.
Tipos de parálisis facial
Teniendo en cuenta las causas de la parálisis facial, podemos hablar de dos tipos esenciales:
Parálisis facial periférica
Es la parálisis facial causada por un daño o lesión en el nervio facial fuera del cerebro. Este tipo de parálisis, más conocida como Parálisis de Bell, puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales, traumatismos, tumores o ser de carácter idiopático, es decir, que no se conocen sus causas. Según la “Guía de práctica clínica de la Sociedad Española de ORL”, la incidencia anual de la parálisis de Bell es de 20-30 casos por 100.000 habitantes, lo que supone el 60-75% de las parálisis faciales unilaterales
Parálisis facial central
Este tipo de parálisis ocurre cuando hay un daño en la parte del cerebro que controla los movimientos faciales. A diferencia de la parálisis de Bell, donde el daño ocurre en el nervio facial en sí, en la parálisis facial central, el problema está en el sistema nervioso central. De este modo, la parálisis facial se considera como un síntoma del desarrollo de otra enfermedad, de un accidente cerebrovascular, de tumores y cánceres, o de un traumatismo al nacer.
¿Cómo se diagnostica la parálisis facial?
Para diagnosticar una parálisis facial generalmente se tienen en cuenta la historia clínica, el examen físico y otras pruebas complementarias:
-Historia clínica
El médico debe recopilar información detallada sobre los síntomas: cuándo comenzaron, qué desencadenó los síntomas, si han experimentado algún problema previo relacionado con la salud facial, y cualquier otro síntoma o condición médica relevante.
-Examen físico
Durante el examen físico, el médico evalúa la función facial del paciente, observando su capacidad para mover los músculos faciales, cerrar los ojos, sonreír y fruncir el ceño. También puede realizar una otoscopia para comprobar si existen vesículas en el pabellón auricular o en el conducto auditivo externo o si hay patología en el oído medio. Además, el médico puede examinar la sensibilidad de la piel en el área facial y la capacidad para producir lágrimas.
-Pruebas de imagen y adicionales
Dependiendo de los hallazgos clínicos, el médico puede recomendar pruebas de imagen que ayudan a identificar la causa subyacente de la parálisis facial. Esto puede incluir resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) para evaluar el cerebro, el nervio facial y las estructuras circundantes.
También puede ser necesario realizar pruebas adicionales, como análisis de sangre para detectar infecciones virales, pruebas de la función nerviosa para evaluar la conducción del nervio facial, o pruebas neurológicas con el fin de descartar condiciones neurológicas que puedan causar síntomas similares.
Tratamiento de la parálisis facial tras sufrir un daño cerebral adquirido
El tratamiento inicial de la parálisis facial dependerá de la causa que la origine. En el caso de la parálisis facial periférica, el tratamiento inicial generalmente consiste en la administración de antivirales y corticoides. Pero en el caso de que el origen sea un daño cerebral adquirido, como un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral traumática, generalmente será necesario un tratamiento neurorrehabilitador integral para tratar a su vez otras secuelas, además de la propia parálisis facial.
El Lescer somos especialistas en tratamientos de daño cerebral adquirido causado, por ejemplo, por un ictus o por una encefalitis. Estos tratamientos neurorehabilitadores para la parálisis facial por daño cerebral adquirido son multidisciplinares, ya que incorporan la labor de diferentes especialistas y terapias:
–Fisioterapia neurológica. El equipo de fisioterapeutas de Lescer trabaja con diferentes ejercicios y técnicas que permiten mejorar la fuerza muscular y la movilidad en el lado afectado.
-La terapia ocupacional se centra en desarrollar habilidades para realizar actividades cotidianas, como comer, beber y cuidar la higiene personal.
–Logopedia. Nuestro equipo de logopedas se encarga de poner en marcha terapias de motricidad orofacial, de habla y del lenguaje que permiten mejorar la comunicación, la deglución y otras funciones relacionadas con el habla.
-Apoyo psicológico y emocional. La parálisis facial, al igual que otros síntomas y consecuencias del daño cerebral adquirido, puede tener un impacto significativo en la autoestima, en la imagen corporal y en la calidad de vida. El apoyo psicológico y emocional que aporta nuestro equipo de psicólogos, tanto para el paciente como para sus familiares, resulta esencial para poder enfrentarse y asimilar los cambios emocionales asociados a esta nueva condición.
Si necesitas más información sobre el tratamiento de la parálisis facial por daño cerebral adquirido que desarrollamos en el Centro Lescer, puedes contactar con nosotros a través de nuestro email administracion@lescer.es o del teléfono 91 739 81 42.