Rehabilitación anoxia isquémica
La anoxia isquémica, al igual que el resto de anoxias, es una condición médica que se caracteriza por la falta de oxígeno en el cerebro durante unos minutos. En el caso de la anoxia isquémica, esa falta de oxígeno se debe a una reducción de la presión arterial o a una obstrucción del flujo de la sangre por enfermedades como el ictus, parada cardiorrespiratoria, infarto de miocardio, arritmia ventricular, entre otras.
Causas de la anoxia isquémica
La anoxia isquémica está causada por la combinación de dos factores principales: la falta de oxígeno (anoxia) y la restricción o reducción del flujo sanguíneo (isquemia) en los tejidos del cerebro y del resto del cuerpo. Esto puede ocurrir debido a diversas razones y condiciones médicas, como son:
Paro cardíaco
Un paro cardíaco sucede cuando el corazón deja de latir de manera efectiva y no puede bombear sangre al cuerpo. Esto puede deberse a afecciones cardíacas, como un ataque al corazón, arritmias cardíacas graves o insuficiencia cardíaca.
Shock hipovolémico
El shock hipovolémico, una condición en la que el flujo sanguíneo se reduce significativamente debido a diversas causas, como hemorragias, infecciones graves o reacciones alérgicas, puede dar lugar a la anoxia isquémica en varios órganos y tejidos.
Síntomas de la anoxia isquémica
Como en el resto de tipos de anoxia, los síntomas de esta lesión pueden variar en función del tiempo transcurrido sin oxígeno y de las áreas del cerebro que resulten afectadas. Algunos de los síntomas comunes de la anoxia isquémica son:
Confusión mental o dificultad para concentrarse
La anoxia isquémica puede afectar la función cerebral, provocando dificultad para concentrarse, confusión y cambios en el estado mental.
Alteraciones del habla
Es posible tener dificultad para hablar o comunicarse de manera efectiva.
Alteraciones visuales
La visión puede volverse borrosa o alterada.
Pérdida de funciones motoras
El daño neuronal también puede provocar dificultades para moverse, temblores, debilidad, problemas para coordinar los movimientos o mantener el equilibrio, llegando incluso a la parálisis.
Cambios en el comportamiento y en la personalidad
La anoxia isquémica también puede provocar cambios en el comportamiento, como irritabilidad, agitación, apatía o incluso agresividad.
Convulsiones
Tras una anoxia isquémica es posible desarrollar epilepsia o convulsiones recurrentes como resultado de daño neuronal.
Tratamiento neurorrehabilitador de la anoxia isquémica
Tras la restauración del flujo sanguíneo y del oxígeno, es necesario evaluar la extensión del daño cerebral y las áreas afectadas. Además de poder necesitar una rehabilitación física para tratar de mejorar la movilidad y fuerza del cuerpo, también puede ser necesario realizar otro tipo de terapias con el fin de recuperar la memoria, el habla u otras habilidades.
En el Centro Lescer desarrollamos programas de neurorrehabilitación en régimen hospitalario, residencial, domiciliario, ambulatorio, telerrehabilitador y también en nuestro Centro de Día, para así adaptarnos a las necesidades, gravedad de las lesiones y evolución del paciente. El equipo de neurorrehabilitación se reúne periódicamente para establecer objetivos comunes e intercambiar información útil que optimice la calidad del tratamiento, en el que se combinan diferentes terapias:
Nuestro equipo de fisioterapeutas se encargan de desarrollar ejercicios para tratar de recuperar la movilidad y la fuerza muscular.
La terapia cognitiva desarrollada por nuestras neuropsicólogas nos permite abordar déficits cognitivos, como la memoria, la atención y la resolución de problemas.
El equipo de terapeutas ocupacionales se enfoca en ayudar al paciente a recuperar las habilidades necesarias para realizar actividades cotidianas, como vestirse, asearse y alimentarse de la forma más autónoma posible.
Si la anoxia isquémica ha afectado la función del habla y el lenguaje, nuestros logopedas trabajarán con el paciente las técnicas que permitan mejorar la comunicación verbal y la comprensión del lenguaje.
Los efectos de la anoxia isquémica pueden afectar emocionalmente al paciente y a su familia. La terapia de apoyo psicológico puede ayudar a los pacientes y a sus familias a enfrentarse al trauma vivido, y a adaptarse a las nuevas circunstancias.
Es importante destacar que la neurorrehabilitación de la anoxia isquémica es un proceso a largo plazo, y los pacientes a menudo requieren apoyo continuo. Es por eso que en el centro Lescer ofrecemos terapias continuas, seguimiento médico regular y ajustes en el plan de tratamiento a medida que evolucione la recuperación y las necesidades del paciente vayan cambiando.
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